domingo, 21 de noviembre de 2010

Ni perdón ni olvido

La venganza es el lado más oscuro y a la vez innato que todo ser humano tiene. Sería de necios creer a todos aquellos que van predicando con el ejemplo de poner la otra mejilla. Esos que tan buena cara ponen siempre y que están abiertos a todo tipo de entendimiento son los primeros que a la mínima no cumplen con lo predicado. Por tanto, seamos sinceros de una vez y admitamos que la venganza es uno de los pocos placeres que el ser humano ha inventado para ocultar o intentar remediar sus miserias. Pero puesto que la venganza es un placer, también es limitado. Todo placer es momentáneo y cuando acaba tan solo queda el recuerdo, que en este caso es el rencor.

Tenía razón Borges cuando dijo que el olvido es la única venganza y el único perdón. Desde el punto de vista del rencoroso, esta frase es tan inexistente como la presencia de un gato en una perrera. El rencoroso no concibe la idea del olvido y por eso tiene que justificarse en la venganza para reposar toda su mísera existencia. Es más patético aquel que no olvida que aquel que necesita ser olvidado.

Claro está que olvidar es imposible. No por rencores ni por odios, sino por el simple hecho de que tenemos cerebro y eso nos hace recordar. Esta capacidad de recordar nos transporta a un martirio constante que tenemos que justificar con el rencor. Me atrevería a decir que el rencor es peor que la venganza. Al fin y al cabo, la venganza tan solo es la culminación de todo el odio acumulado por una situación determinada y que tiene que salir por algún sitio porque sino explota. Metafóricamente hablando, la venganza es el adulterio del rencor. Sin entrar a hablar de infidelidades porque no es el tema a tratar hoy, el hecho de que alguien ponga los cuernos a su pareja es generalmente la culminación de un montón de rencores.

No es nada malo, simplemente es parte del ser. Lo que no podemos hacer es ver lo blanco negro y engañarnos pensando que tenemos la capacidad de perdonar. Nadie, absolutamente nadie tiene el don de perdonar. Acabo de terminar con uno de los pilares básicos del cristianismo, perdonar y ser perdonado. La propia religión es la primera que lleva siglos engañándose sobre el perdón. No se puede perdonar por el simple hecho de que no se puede olvidar. Solo un amnésico tendría la capacidad de perdón verdadero. Se empieza a perdonar cuando se termina de olvidar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Typical Spanish

(Antes de nada, esta entrada del blog ha sido publicada hoy en una pagina web de la que soy colaborador, www.elpatibulo.es. Será la primera y última vez que publique algo en este blog que también haya publicado en la otra web)

Señores, bienvenidos a España. Ese país que tanto destaca por su sol, su buena comida, sus guapas mujeres y por su amplio grado de paletismo. ¿Paletismo? Sí, eso he dicho. Somos los líderes indiscutibles del cachondeo y la juerga, y parece que eso nos mantiene felices. Un país en donde la única ley que se cumple al cien por cien es la del mínimo esfuerzo. Tenemos un nivel cultural tan elevado que contemplamos el toreo como una magnifica obra de arte. Aunque dicho sea de paso, también somos muy sensibles, ya que nos quedamos anonadados cada vez que hay una cornada. Claro, es que ponerse delante de un toro no solo es un arte sino un completo acto de cordura. ¡Faltaría mas!

Pero ante todo, tenemos claro quienes son nuestros líderes. Mientras Zapatero y Rajoy parecen no ponerse de acuerdo ni en que la leche es blanca, Belén Esteban escala posiciones en su carrera hacia la Moncloa. No solo conseguiría cinco escaños en el congreso (cuatro más que Rosa Díez en las últimas elecciones generales) sino que ya le hacen su propio Tengo una pregunta para usted. Quién sabe, a lo mejor esta mujer tiene la solución para salir de la crisis económica y no la estamos tomando en serio.

Todo esto me lleva a pensar que desgraciadamente el paletismo ha dado un golpe de estado en nuestras calles. Hemos llegado un momento en que, por lo menos, merece una reflexión ver que somos un país que solo ejercita el patriotismo sincero cuando juega la Selección.

Definitivamente, y en esto creo que todos coincidimos, España es diferente. Todavía no se si eso es bueno o malo.
¿Y todo este sarcasmo? No es sarcasmo, es la realidad. Además ¿quién habló de sarcasmo en esta web?