jueves, 19 de agosto de 2010

Legalización del vicio

¿Qué es el vicio? Podríamos definirlo como la excesiva afición a algo que a la larga acaba siendo perjudicial para nosotros. Sí, podría servir, pero yo voy más allá: vicio es vida, porque ¿qué sería la vida sin vicios? Sería aburrido vivir día tras día viendo como pasan las horas sin tener ganas de hacer algo en concreto.

El problema no está en tener un vicio o varios sino en ocultarlos e intentar camuflarlos con justificaciones baratas. “Visito frecuentemente los burdeles porque me falta sexo”. Típica frase de alguien para justificar algo injustificable que es que le gustan tanto las mujeres que no es capaz de tener paciencia para poder ligarse (vulgarmente hablando) a una mujer sin tener que pagar. De siempre he dicho que un prostíbulo me parece uno de los sitios mas dignos que hay y por eso me molesta que solamente lo visiten indignos. Porque es absolutamente de indignos avergonzarse y ocultar el vicio de consumir prostitución.

He puesto el ejemplo de la prostitución pero hay muchos más. Sin ir más lejos, la droga es otro vicio que todo aquel que la consume lo oculta porque la sociedad lo ve mal. Seamos serios, si uno es mayor para consumir cocaína y se siente bien consumiéndola ¿qué sentido tiene andar escondiéndose de ella? Una respuesta madura ante la sociedad sería: “disfruto con la cocaína y se que me estoy matando, pero me da igual porque me da placer así que exijo que se legalice”. Yo estoy a favor de la legalización de todas las drogas. No me vale la falacia de unas sí porque no son tan duras y otras no porque matan más rápido. Apoyo la legalización de todas porque así acabaríamos de una vez con el mercado del trapicheo que tantas familias rompe y los narcotraficantes irían al paro. El que quiera drogarse que se drogue, pero siempre en sitios específicos para ello y no en las esquinas de las calles o en los baños de las discotecas. Ya hay demasiada información como para engañarnos de que legalizando llevaríamos a la sociedad al suicidio.

La formula para acabar con los mal llamados vicios de la gente no está en prohibir sino en legalizar con una previa información. Prostitución sí, pero en un local preparado para eso y con una higiene ejemplar, no en la calle detrás de un arbusto. Drogas sí, pero en un lugar especifico para consumir todo tipo de sustancias y que estuviera visible como lo está el supermercado, la farmacia o el banco. Y lo mismo con otras muchas cosas que el ser humano hace a escondidas o mirando de reojo por si acaso alguien mira. Lástima que tener esta visión sea catalogarse en un suicida social. Lamentablemente la sociedad no está preparada para dar este paso. No me gustan los políticos, siempre lo he dicho, pero apoyaría firmemente a aquel que promoviera una sociedad verdadera y no esta tapadera que hay montada en donde lo único que está legalizado es la hipocresía.