lunes, 27 de junio de 2011

Tigres



Tigre… Está tumbado, con calma. Es tranquilo, no se altera por nada y rara vez se adelanta a los acontecimientos. Lo tiene todo bajo control (por lo menos lo que respecta a él mismo). Deja pasar el tiempo, no hay prisa. Sí, efectivamente, las horas no tienen importancia. Espera su oportunidad mientras contempla con desgana el desquicie del resto. Nada le afecta y nada le sorprende ya que lo ha visto casi todo.

Aún así, está seguro de que le quedan cosas por comprobar. Está mas que seguro de que por muy tranquila que parezca la jungla, hay ciertos días señalados en los que verá cosas. ¿Qué cosas? Pues cosas, tesoro, cosas. Lo que jamás sentirá es odio. Es tan sumamente comprensivo y pacífico que nunca deseará el mal a nadie. Sería capaz de involucrarse con el mismo diablo si ve algo de bondad en él (algo, por mínimo que sea).

El odio no es más que un sentimiento de impotencia que invade tu cuerpo y te hace actuar de manera rabiosa y desproporcionada. Pero ante todo, calma y educación, que para algo somos animales y vivimos en la jungla.

Algún ignorante pensará que el tigre es incapaz de ver las cosas y que cuando las ve perderá el control. Pero no es así. El tigre observa detenidamente desde su miopía, y aunque vea nubladamente se percata de todo. Se traga sus ganas de comerse a la presa que invade su terreno y permanece impasible ante la situación porque sabe que es lo mejor.

Está siempre calmado y su calma es prácticamente infinita. Pero cuando esta se acaba… zas! Te mete un zarpazo y acaba contigo. Pero rara vez ocurre esto, él procura mantenerse en su universo (Across the universe, porque nothing’s gonna change his world). Así es.


(El tigre se va a dormir, pero de vez en cuando abrirá un ojo para ver si algún otro animal intenta tantear su terreno. Y en caso de que eso suceda ocurrirá lo que todos temen)

miércoles, 22 de junio de 2011

Sombras


Sombras... tan cobardes de temer a la oscuridad que acceden a ella sin pudor alguno de dejarte con una mano delante y otra detrás. La sombra es sabia. Sabe qué ocurrirá, cómo irá el cauce del río y si finalmente desembocará en el mar.

Me engaña, me hace creer que la tengo siempre conmigo, pero no es así. Y de repente, ¡aparece! Me hace sentir especial por estar conmigo y que nadie más pueda invadirnos, por grandes que otras sombras sean. Pero la oscuridad es su perdición, y se que volverás a irte (te hablo de tú porque, al fin y al cabo, eres parte de mí).

Así es su juego, sólo ella decide. Cuando está junto a mí me hace ver la vida de otro color, pero ella prefiere el negro, no lo puede evitar. Se pierde en lo más profundo de la oscuridad y solo ella sabe lo que hace ahí y con qué otro amo está.

Cuando vuelve hacia mí, me mira con ojos de miel y me calma con su simple mirada. Está conmigo, confío en ella, aparece cuando la necesito y no me abandona. Es solo una sensación mía, errónea, como miles de las que tengo. La oscuridad es únicamente una broma pesada del pensamiento.


(todo es normal, y si no es así, yo mismo apagaré la luz)

jueves, 9 de junio de 2011

Durmiendo no, descansando


Una de las voces más bonachonas que he escuchado. “Buenas noches”. Educación ante todo. Sin embargo, su verdadera cara es violenta e insensible. Su mente, perversa y lasciva. Sus ojos lo dicen todo. Podría matarte con la mirada… suerte que los ojos aún no son capaces de soltar balas por muy asesina que sea su mirada.

Se detiene fijamente y observa a sus presas. No hay nada peor que actuar con la mente, ya que a diferencia de la realidad, no hay quien la pare.
- ¿Durmiendo, no?
- No, descansando
- Yo acabo de dormir.
- Me alegro
- ¿Vienes de juerga?
- Sí… oye tío ¿qué quieres?
- Nada.
- ¿Eres un enviado o algo parecido?
- No creo.
- Entonces déjame y lárgate.

Bajito, con barba, de negro hasta arriba y feo como él solo. Claro, es feo porque hace cosas feas. Se fue, pero ellas le recordarán. En sus manos ha abarcado la desesperación y parece no importarle demasiado. Se va desafiante. Hoy ha dado con la horma de su zapato: la risa nerviosa. Pero volverá. Siempre vuelve. ¡Corre si puedes!


(el vacío sólo puedes llenarlo tú)