jueves, 14 de julio de 2011

Continúe por favor


¡Que viene! ¡que viene! Lo malo de tener a una persona de espaldas es que no puedes mirar sus ojos para ver lo que verdaderamente expresa. ¿Tendrá miedo de ser atropellada? Yo creo que no. De hecho, a simple vista puede parecer que incluso está deseando que llegue el tren.

Ya han pasado muchos trenes por su propia carretera de peaje. Siempre tiene un cartel luminoso que dice “pasen y vean, por aquí entra cualquiera”. Jamás tanta simpleza había abarcado semejante complejidad. Es como juntar la razón con el impulso. Contradicción es lo que demuestra, se cree una cosa (y lo es) pero luego hace otras (porque quiere).

Por tanto, lo es porque quiere.A veces no importa a cuanta velocidad venga el tren porque si deseas cogerlo lo vas a coger. No sirven excusas ni lamentos, al final cada palo tendrá que aguantar su vela. El río siempre lleva al mar, la lluvia siempre te acaba mojando (vulgarmente dicho como “antes de llover chispea”); todo esto lleva a una única y universal conclusión: la verdad siempre sale a la luz.

Dentro de lo diferente que pueda resultar alguien, al final no deja de ser un animal más de la jungla. Así que si verdaderamente te crees diferente, deja de actuar de manera simple. Lástima que al final siempre actúes como un guardia al que le cuesta poco perdonarte la multa diciendo que continúes.

(¿palabras tranquilizadoras para un imbécil o es el imbécil quien se tranquiliza con las palabras?)

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