viernes, 29 de junio de 2012

Como todas las tortugas


Bajo el caparazón se encuentra un mar de ilusiones y esperanzas. Dos sueños consecutivos se contradicen: el primero no te deja andar ni gritar, estás atrapado entre cuatro paredes blancas que tratas de llenarlas con todo tipo de detalles por miedo al vacío. Y mientras el mundo grita que quiere igualdad sin más miserias otros se empeñan en ensuciar el silencio para llenar su vacío. El segundo es tan rápido como una moto a 180 que tú mismo controlas sin problemas. Gritas, ríes y todo te resbala. Ironía tras ironía, pensar que necesitas algo y cuando lo tienes arraigado en el corazón lo desprecias. Suerte que la conciencia es el abrazo más largo que nos podemos dar a nosotros mismos.

domingo, 17 de junio de 2012

Vómitos de alto voltaje



Cae la tormenta, estallan los rayos y las abuelas cierran las persianas de sus casas por miedo a que el caos se convierta en un hecho. En sus ojos la esperanza de que llegue la calma. Algo positivo: qué bonito queda todo cuando llueve. Mala suerte que la escoria no se vaya por las alcantarillas. Pero nos gusta más el sol. Nos brinda un día más alegre dentro de nuestro silencio. Ilumina la belleza exterior de los feos de espíritu. ¡Qué felices somos en este paraíso del silencio! Todo lo que lleves dentro se irá haciendo grande en tu estomago. Se hinchará como un globo hasta el punto de parecer un melón. Cuando ya no puedas más explotarás y sacarás toda la basura que haya en tu interior. No importa quien esté en frente en ese momento, echarlo es la única solución. Pero todo está bien. No se si existen miradas de asco o si hay dulzura tras su Chupa Chups de fresa, la única verdad es que cuanto más observo a los demás más me gusta ser yo mismo.

miércoles, 13 de junio de 2012

Una gota más en el mar


Increíble como la vida puede cambiar en cuestión de segundos. La ruleta está en marcha, en ese momento los músculos del cuerpo se contraen hasta que el desenlace te hace llegar a la conclusión de siempre: la banca gana. Los millones de la esperanza caen como gotas en el mar. Se esparcen sin dejar huella y cuando ya no hay mas gotas que observar, las olas se llevan por delante a la humildad. Da igual la cantidad de tormenta que pueda caer si después sale el sol. No llueve para siempre, ya que si así fuese no habría problemas. Que algo sea gris sólo es válido si lo es continuamente. Si cambia, si es como el viento que va y viene según le de por soplar, entonces ya no tiene sentido. Unas veces arriba y otras abajo. Nos fijamos únicamente en lo alto y en lo bajo. Un mar de dudas se asientan en el interior, tratando de sacar explicación de cosas que no la tienen. Las cosas son como son y muchas veces tratamos de encontrar respuestas sin tener en cuenta que la tenemos en la propia contradicción.