martes, 12 de abril de 2011

¿Y al final?



Bendito el día en que uno se da cuenta que no es superman, que es como los demás y que todo lo que había creído hasta el momento no era más que un paraguas que le protegía de su propia miseria.


Aunque pueda parecer extraño, es una satisfacción saber que uno no es de piedra y que puede considerarse humano. Es una sensación de felicidad en el fondo del corazón que no se corresponde con la inmensa tristeza que siente el resto del cuerpo.


Cambiar por algo, por alguien. ¿Hay mayor muestra de que ese algo o alguien nos importa de verdad que cambiar? Es un orgullo, es libertad y sobre todo, es consuelo de que en lo mas profundo del monstruo que uno lleva dentro hay un ápice de esperanza.


¿Y al final qué? Queda la satisfacción de estar tranquilo con uno mismo y de saber que pudo vencer al ogro que llevaba dentro. Es muy bello pensar eso, pero la pura realidad acaba reflejando una cosa inevitable: al final no queda nada.


(Cree solo en tus alas)

domingo, 10 de abril de 2011

Tú mandas

No cedas nunca. Siempre piensa que los locos son ellos. Lo que yo opino es lo que vale y el resto me da igual. No importa el daño que puedas hacer porque ya te han hecho suficiente y tu debes mucho más. No te pongas en el lugar del otro porque necesita un psicólogo y no sabe lo que dice. ¡Está loco! ¿O está pasando un mal momento? Que va, está como una regadera… No tengas esperanzas en algo que piensas que está condenado a la destrucción. Yo se lo que hago. Yo controlo. No tengo problemas porque se que está ahí. Es tonto. ¿Por qué se enfada por tonterías? Quizás no son tonterías… ¡pero que estoy diciendo, claro que lo son! ¡Son tonterías! Son tonterías porque yo lo pienso así. Yo jamás me pondría así por eso. Yo… yo, soy yo. Yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo, yo. SOY YO. Y yo controlo. Recuerdalo siempre porque así funcionan las cosas.

viernes, 8 de abril de 2011

En Re Menor

¿Cómo definir este acorde? Es el más triste, nostálgico, solitario y sin remedio que se puede hacer con seis cuerdas. Aún así tiene algo que engancha y siempre suena agradable por muy pasteloso que pueda parecer. No se si el que me lee (si es que alguien lo hace) sabrá cómo suena un re menor, pero si alguien quiere viajar alguna vez a lo más profundo de su ser, le recomiendo que alguna vez se detenga en escucharlo. ¿Pero qué loco puede “alucinar” con un re menor teniendo LSD?

Hay veces en que la vida misma es re menor. ¡Primavera! El sol, que llevaba tiempo castigado entre las nubes, por fin sale con asiduidad. Y lo más importante: las flores. Ellas también están en re menor. Que curioso… las hay de todos los colores y todas están en ese maldito acorde. No tiene mucho sentido. Lo que se ve en el exterior no se refleja en el interior. A fuera hay un montón de colores, olores a cual más agradable y sonrisas.

Las flores sonríen, pero tú no sonríes a las flores. ¡Pobres flores! Ellas no te han hecho nada, se limitan a estar ahí sin hacerte nada malo. Estoy seguro de que solo quieren la felicidad para ti y tú solo las miras como lo que son, simples flores que en otoño se irán de vacaciones. Es el problema de ver a las flores en re menor, que por muy bonitas que sean, tu las ves a todas de color gris. Ni siquiera negro ya, sino gris.

Tumbado entre ellas, el viento sopla y también suena en re menor. Esto si que es ya de ir a la psicóloga. ¿Pero quién es ella para decirme que el viento no suena en re menor? No estoy loco. Se lo que digo y que el resto no lo entienda me da igual. Por lo menos escucho el re menor, cosa que ellos no son capaces de hacer. Ni siquiera quien parecía estar también en re menor lo está ya. Estoy solo con él. Allá donde voy me acompaña. Nadie está solo si le acompaña la soledad, apodada re menor. Veo los días en re menor. Quizás algún día la vea en re mayor (quien sepa como suena le resultará todo lo contrario al menor) Mientras tanto, ahí estás.