viernes, 30 de diciembre de 2011

Wild Child


Una semana y un día después. Tranquilidad, calma y estabilidad. Siempre con retraso, aunque mejor tarde que nunca. Olor a ron y regaliz. Frío contundente pero sin ser polar. Al principio se ríe y se lo toma a guasa, pero poco a poco va descubriendo cosas que su propio cerebro le va desvelando. Pasa de ser una comedia de humor americana a ser pura ciencia ficción y terror.


Esperanzas puestas en algo que no parece llegar a buen puerto. ¿Qué culpa tengo yo? La misma que tú, ninguna. Pero de ignorancia nada, simplemente aceptación. Y mientras su miseria recorre cada sonido de su amplio léxico, el frió entra por mi garganta sin pedirme permiso.


¡Se ha quemado! Con el cariño que le tenía... ¿Autista, quizás? Me da que no. Sólo una falsa timidez con rasgos demoníacos. Ya desde el principio haciéndome esperar.


- ¡Si es que no tengo remedio!
- (...)


(y aún así sigo sin escucharla)

No hay comentarios:

Publicar un comentario