Escalofrío piramidal
Una mano se mete dentro de mí, saca mi alma y la pone a disposición del diablo. Mi mano se me queda con un calor parpadeante que se enfría a los pocos segundos. Ya está... ¡ha sido mi mano, que la tengo muy mal educada y se ha vuelto cleptómana! Ahora se traslada al estómago; ahí permanece un tiempo. Picores de mejilla que culminan en una profunda respiración.
- Me encantaría ser mujer.
- ¿Por qué?
- Así podría saber que se siente al tener varios orgasmos.
- Algo bueno tendríamos que tener.
- Sí, debe ser como muchos escalofríos juntos.
- Algo así.
(El demonio tiene ojos de ángel)
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