miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sonríe (1)

- ¿Y tú eres siempre tan risueña?

- ¡Pues claro!

- ¿Y cuál es tu secreto?

- No hay secreto. Es innato en mí.

- Eso no tiene sentido…

- ¿Por qué?

- Porque para sonreír hay que tener motivos… y no creo que los tengas siempre ¿no?

- No tiene que ser siempre así. Esa visión de la sonrisa la tiene la mayoría de la gente y así va el mundo.

- Explícate.

- Digamos que la gente solo se plantea sonreír en ocasiones señaladas, es decir, cuando tienen que hacerlo. Entonces todo eso lleva a que la sonrisa o la propia risa deja de ser real.

- ¿Y no sería más bien al contrario? Sonreír con motivo alguno implica una sonrisa verdadera.

- Querido, tienes la misma percepción de la sonrisa que todos los infelices.

- ¡Yo no soy un infeliz! Como sabes que he tumbado tu argumento ahora te inventas eso, pero no es cierto.

- Para nada. Te diré, aunque te duela saberlo, que no me has tumbado mi argumento. ¿Tú opinas que para sonreír hay que tener algún motivo aparente no?

- Sí

- Pues entonces tu sonrisa está siendo inconscientemente forzada.

- ¿Y eso por qué?

CONTINUARÁ…

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