lunes, 28 de mayo de 2012

Ya estáis muertos

El mundo mira mientras esperas. Cuantas más tareas te pone la sociedad más largas se hacen las horas. Pura paradoja. Cuanto menos tiempo hay para uno mismo ansiamos aprovechar el poco que tenemos en malgastarlo. Contemplar, escuchar y respirar; en eso consiste la vida, simplemente en vivir, no hay mucho más. A veces vivimos tanto la vida que olvidamos que la estamos viviendo. Llegará el día en que todo aquello por lo que luchamos haya quedado en una utopía más. Nuestros sueños se consumen como el papel que hace enrojecer nuestros ojos. Efectivamente, cerebros destruidos. ¿Miedo a morir? Para qué, si realmente la gente camina muerta, como zombis gregarios destinados a un fin. Y mientras tanto, una mirada te hace ver que hay algo más, que la paz que tanto echabas de menos la tiene un ser carente de sentido cuya única actividad es beber, comer, cagar, dormir y llorar, además de sonreír, reír a carcajadas y mirar. Esa inocencia llena de fuerza y sinceridad es a la que tendríamos que aspirar. La E de esperanza habría que llevarla tatuada en el corazón.

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