jueves, 9 de junio de 2011

Durmiendo no, descansando


Una de las voces más bonachonas que he escuchado. “Buenas noches”. Educación ante todo. Sin embargo, su verdadera cara es violenta e insensible. Su mente, perversa y lasciva. Sus ojos lo dicen todo. Podría matarte con la mirada… suerte que los ojos aún no son capaces de soltar balas por muy asesina que sea su mirada.

Se detiene fijamente y observa a sus presas. No hay nada peor que actuar con la mente, ya que a diferencia de la realidad, no hay quien la pare.
- ¿Durmiendo, no?
- No, descansando
- Yo acabo de dormir.
- Me alegro
- ¿Vienes de juerga?
- Sí… oye tío ¿qué quieres?
- Nada.
- ¿Eres un enviado o algo parecido?
- No creo.
- Entonces déjame y lárgate.

Bajito, con barba, de negro hasta arriba y feo como él solo. Claro, es feo porque hace cosas feas. Se fue, pero ellas le recordarán. En sus manos ha abarcado la desesperación y parece no importarle demasiado. Se va desafiante. Hoy ha dado con la horma de su zapato: la risa nerviosa. Pero volverá. Siempre vuelve. ¡Corre si puedes!


(el vacío sólo puedes llenarlo tú)

No hay comentarios:

Publicar un comentario