sábado, 27 de marzo de 2010

Adictos a la dependencia

“Nunca dudes de las cosas que pasan en la oscuridad, que hasta tu sombra te abandona”. Esta frase es de Iosu Expósito, guitarrista del grupo vasco de punk, Eskorbuto. Iosu, al igual que muchos a los que la historia no tiene en su recuerdo, murió a causa de la heroína en 1992. Aunque ha llovido bastante desde entonces y por mucho que vivamos en una eterna quejumbre de que todo está mal, yo me siento orgulloso de que la sociedad actual tenga miedo de jugar a los médicos suicidas.

Volviendo a la frase de Iosu, puede parecer un poco esperpéntico que un adicto a la heroína como él, que nunca salió de Santurce y que siempre pecó de antisistema agresivo, dijera algo tan sabio. No recuerdo como era la sociedad cuando Iosu pronunció esas palabras ya que yo era muy pequeño o seguramente ni habría nacido, pero puedo intuir que no muy distinta a la de ahora. Está claro que según pasa el tiempo nos vamos haciendo más dependientes de nuestro entorno. Somos incapaces de dar un solo paso sin pensar qué pensaran los demás de nosotros. Por muchos esfuerzos que hago aun no he conseguido encontrar a una sola persona que haga las cosas por el simple hecho de que quiere hacerlas y no le importa lo que pienses de él o lo que pueda acarrear su decisión. No se si es por inmadurez social o por simple miedo a la soledad, pero cada vez dependemos más del otro.

Esta dependencia lo que está creando es cada vez más núcleos de personas que necesitan los unos de los otros para poder vivir. No digo que esté mal, porque quién no pregunta continuamente a sus amigos ¿qué hacemos hoy?, ¿cuál es el plan? o los más escuetos ¿hoy qué? El problema está cuando es tal la dependencia de tu gente que eres incapaz de ser tu mismo. Entonces esto lleva a un problema mayor, ya que la dependencia se convierte en vicio, y todos sabemos que los vicios no son buenos. Además, por si fuera poco, esto puede desencadenar en un problema mayor que es la depresión, ya que al depender tanto de un grupo de personas, si estas te fallan entonces tu única salida es recluirte en ti mismo. Pero claro, al ser alguien tan dependiente de los demás, a la hora de crear tu propia independencia emocional te ves ahogado en un vaso de agua.

Iosu Expósito era adicto a la heroína, a montar jaleo y a tocar la guitarra de una forma soez pero brillante (y seguramente a otras muchas cosas que se me escapan), pero no era adicto a depender del otro para poder hacer las cosas. Da igual que le llamen a uno parásito social, porque es preferible ser eso a ser un adicto a la peor droga que hay: la esterilidad personal.

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