lunes, 2 de mayo de 2011

Hay algo más

Los sueños, sueños son. ¿Y las ilusiones? ¿Son simplemente eso? En caso de que así fuese, sería absurdo vincular la esperanza a las ilusiones porque toda ilusión esconde algo de esperanza. Por poner un ejemplo, es una ilusión ganar la lotería, por lo que un mínimo de esperanza hay en ella; de lo contrario, sería tontería jugar.

Centrémonos ahora en las casualidades. Una casualidad no es más que una coincidencia de la que todo el mundo se sorprende pero que ve como algo normal. Por tanto, alguien que cree en las casualidades es imposible que crea en el destino. Yo creo en el destino y veo complicado que haya casualidades. Puede haber una, dos, a lo sumo tres, pero cuando hay un cúmulo de situaciones que te han afectado incluso sin haberlas “provocado” tú mismo, entonces me temo que no se trata de simples coincidencias.

¿Quién mueve los hilos de la vida? Por supuesto que nosotros mismos, pero ¿somos conscientes de que una decisión puede cambiar el rumbo? Perder el control no es más que haber intentado tenerlo en todo momento. No sirve de nada intentar tener todo dominado cuando al final son las situaciones las que nos dominan.

Aquellos que opinan que las casualidades son simplemente eso, creo sinceramente que se equivocan. Hay algo más, algo que se nos escapa. No se qué es. ¿Por qué ir a un sitio pudiendo ir a otro? La respuesta fácil sería “pues porque me apetecía en ese momento”. Realmente es así, no tiene más. Sin embargo no deja de ser inquietante preguntarse qué hubiese sido de nosotros sin hubiésemos ido por el camino contrario. Nadie lo sabe, es un misterio que jamás podrá resolverse. ¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Hasta qué punto una decisión mía te afecta? ¿Quién me salva continuamente? ¿Quién aparece en un momento determinado cuando todo parecía normal? Demasiadas preguntas para tan poca persona.

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