domingo, 15 de mayo de 2011

Todo está contaminado


Hay un lugar en donde no pasa el tiempo. Los minutos no existen, con mirar al sol y comprobar su intensidad es suficiente. Él es quien guía y, en definitiva, quien manda. Si se nubla no importa, porque sabremos que pronto volverá. O igual no, porque ¿quién podría negarse al placer de las nubes? Son muy posesivas y lo raptan cuando están necesitadas de cariño.

El sonido de las olas es musicalmente perfecto. No desafina nunca. Y lo mejor de todo es que no suena en ningún acorde determinado (ni siquiera en re menor como las flores), por eso es sublime. No hay otro objetivo que el que pasen las horas, no hay prisa.

Vamos a quedarnos tumbados, desnudos frente al mar, tirados en la arena hasta que anochezca; y cuando la luna salga, entonces haremos una hoguera en la que el fuego quemará todas nuestras miserias. No se queman los palos, sino nuestras almas. El sonido de las llamas es el silencio de nuestros corazones.


("Todo está contaminado por el dinero, pero aún queda la esencia de lo bueno")

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