lunes, 27 de septiembre de 2010

La firma (4)

- ¿Se puede saber dónde has estado? Te hemos esperado un buen rato, pero como no venías pues hemos cenado. El niño ya está durmiendo.
- He estado con mi hermano. Hacía mucho que no nos veíamos y bueno, hemos estado todo este rato juntos.
- ¿Con tu hermano? Pero si nunca os llevasteis bien…
- Está fatal Tengo que ayudarle como sea.
- Que raro… ¿tú ayudando a tu hermano?
- Ya se que nunca le he tenido mucho aprecio, pero es mi hermano.
- Bueno, me alegro de que pienses así por una vez. ¿Te hago algo de cena?
- No, ya me hago yo algo. Ah y no te preocupes, ya recojo yo todo.
- ¡Madre mía Gabriel, quien te ha visto y quien te ve! ¿Tienes fiebre?
- Que no mujer, en serio, no te preocupes de nada. Vete a descansar.

Gabriel la abrazó fuertemente ante la incredulidad de ella. Esta vez, en lugar de dejar todo en la mesa, recogió y fue al sofá a ver la televisión. Estuvo un buen rato, por lo que cuando se dispuso a ir a dormir fue con sigilo ya que Maite dormía desde hacía un par de horas. Durmió abrazado a ella, algo que hacía tiempo que no sucedía.
Gabriel veía cómo se acercaba el viernes y, al contrario de lo que suponía, no estaba nervioso sino más bien lo contrario. Ya faltaba poco, así que decidió coger el coche y dar una vuelta. Sentía unas ganas increíbles de conducir que nunca antes había experimentado. Arrancó con ganas y partió sin rumbo alguno aunque sabía perfectamente que el viernes tenía una cita obligatoria a la que no podía faltar.

CONTINUARÁ…

No hay comentarios:

Publicar un comentario